Todos nuestros sentidos, vista, oído, olfato, tacto, gusto, sirven de manera desigual para percibir la publicidad, depende del tipo de publicidad y del medio que la transmite. Lógicamente una valla publicitaria, megapizarra o cualquier otro tipo de soporte exterior debe captar. el ojo.

Al instante, completamente, tiene unos segundos para hacerlo, por lo que los gráficos top en este caso son fundamentales. Es característico de la percepción visual que no percibamos todos los elementos de la misma forma de la imagen global que tenemos en el campo visual. . Dividimos activamente los objetos que pasan a primer plano, las llamadas figuras, y todo lo demás pasa a un segundo plano. Lo que para alguien se convierte en figura y lo que se convierte en fondo depende del observador: el destinatario del anuncio, su posición de atención, sus intereses.

Por ejemplo, una persona que se interesa por la arquitectura y percibe el carácter urbano de la ciudad, las calles, el paisaje, etc., percibe todos los carteles y megapaneles como un fondo sin importancia. Se han realizado muchos experimentos psicológicos sobre el tema de las figuras y los fondos. por ejemplo se conoce la figura de Rubin y sus variaciones.

Dos caras negras o un jarrón blanco. ¿Qué ves en la imagen?

Está en manos de los creadores de publicidad exterior utilizar todo lo que ayude a resaltar el anuncio y éste se ha convertido en una figura. Los objetos que están orientados vertical u horizontalmente en el espacio, son simétricos, forman un todo claramente delimitado, tienen un elemento familiar y se destacan significativamente del entorno circundante, tienen un efecto activo en la percepción y se convierten en una figura.

La publicidad exterior debe tener un efecto de contraste en el campo visual del destinatario, no debe mezclarse ni desaparecer.

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